jueves, 14 de abril de 2011

Don Ricardo Alegría

Ricardo Alegría  
Antropólogo, Arqueólogo e Historiador
Fecha de nacimiento: 14 de abril de 1921
Lugar: Viejo San Juan, Puerto Rico

 " La cultura universal consiste en las mejores expresiones de las culturas nacionales".Ricardo Alegría

Más que un historiador y un arqueólogo, don Ricardo Alegría es uno de los grandes responsables de la conservación del patrimonio cultural que los puertorriqueños tanto atesoramos hoy. Con su trabajo, don Ricardo ha sabido ser eje de estímulo y promoción artística de la cultura del País. Revivió costumbres nativas, llevó a nivel didáctico expresiones que hasta entonces se consideraban folclóricas, amplió el panorama artesanal y logró revalorizar la importancia de edificaciones coloniales y monumentos del País.
Fue el primer director del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Actualmente es Director del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Es un antropólogo, arqueólogo, historiador, promotor, educador y defensor de la cultura puertoriqueña.

Hijo del periodista, abogado, político y fundador del Partido Nacionalista José S. Alegría. Hizo sus estudios primarios y secundarios en las escuelas del Viejo San Juan. Mientras estudiaba su bachillerato en la Universidad de Puerto Rico  (U.P.R.) en 1942, el también antropólogo, formó junto a Yamil Galib el primer Consejo de Estudiantes de la institución y creó la fraternidad Alpha Beta Chi para acabar con el prejuicio racial que tenían las otras. Además de su bachillerato en Arqueología cuenta con una maestría de la Universidad de Chicago en Antropología e Historia en 1947 y un doctorado en Antropología de la Universidad de Harvard en 1954. Además tiene un certificado en museografía del Museo de Historia Natural de Chicago.

Cuando en 1955 se creó el Instituto de Cultura Puertorriqueña, tal acción fue muy criticada por algunos sectores. Un profesor norteamericano de historia, Danel Borstein, escribió un artículo negando la existencia de una cultura puertorriqueña. La junta de directores del recién creado instituto nombró a Alegría como su director, quien mereció el más sólido respaldo de los grandes escritores, artistas e intelectuales de entonces. Por su excelente labor al mando del Instituto de Cultura, muchos pudieron darse cuenta de que en efecto Puerto Rico sí tiene cultura. Mientras dirigía dicho instituto, realizó una ingente labor creando museos, festivales típicos, revivió el cuatro puertorriqueño que estaba casi olvidado, organizó centros culturales en los pueblos, rescató y puso a la disposición del pueblo el Centro Ceremonial indígena en Utuado, entre otros. En fin, Ricardo E. Alegría revivió un sinnúmero de costumbres nativas que hasta ese entonces solo se consideraban folclóricas. También logró ampliar el panorama artesanal y revitalizar la importancia de edificaciones coloniales y monumentos en Puerto Rico. Las zonas históricas de municipios puertorriqueños como San Juan y Ponce permanecen intactas gracias a su labor. En honor a su inmensa aportación a la cultura puertorriqueña, el Departamento de Educación dedicó al Dr. Ricardo E. Alegría La Fiesta Nacional del Idioma Español (22 al 28 de abril del 2007)

Entre sus numerosas publicaciones se encuentran:

    * La población aborigen antillana y su relación con otras áreas de América (1948)
    * Historia de nuestros indios (1950)
    * Mi primer libro de Puerto Rico
    * La Fiesta de Santiago Apóstol en Loíza Aldea (1954)
    * Cuentos folclóricos de Puerto Rico (1967)
    * La vida de Cristo según el santero E. Florencio Cabán
    * Los renegados.
    * Cacicazgo entre los aborígenes de las Indias Occidentales (1947)
    * Descubrimiento, conquista y colonización de Puerto Rico, 1493-1599. (1969)
    * El fuerte de San Gerónimo de Boquerón
    * Juan Garrido, primer negro conquistador

Diversas revistas especializadas del país y del exterior, principalmente en Estados Unidos, México y Cuba, han publicado sus artículos sobre arqueología y folclore de Puerto Rico. Dirigió el programa para la conservación y restauración de los monumentos y zonas históricas de Puerto Rico.

Entre los monumentos restaurados bajo su dirección se encuentran el Centro ceremonial de los Indios de Utuado, las Ruinas de Caparra y el Castillo de San Jerónimo. Es miembro corresponsal de la Academia Mexicana de la Historia. 

viernes, 8 de abril de 2011

Dr. Ramón Emeterio Betances y Alacán

El Dr. Ramón Emeterio Betances y Alacán El 8 de abril de 1827, nació en Cabo Rojo el Padre de la Patria, Don Ramón Emeterio Betances, hijo de Doña María del Carmen Alacán y Don Felipe Betances Ponce. 
Fue uno de los artífices de la insurrección armada conocida como el Grito de Lares. Se le conoce como el "Padre de la Patria" (puertorriqueña) y el "Médico de los Pobres".  Betances estudió escuela elemental y secundaria en escuelas privadas donde sólo asistían hijos de miembros de la sociedad élite de esa época. Su padre lo envía a estudiar a Toulouse, Francia, durante su adolescencia, luego de la muerte de su madre.

En 1846, Betances obtuvo grados de bachillerato en Letras y Ciencias y en 1848 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de París. En 1853, se graduó de la universidad de esta ciudad con títulos de doctor en medicina y cirugía.

En el año 1848, Betances participó en la revolución del 24 de febrero que implantó la Segunda República Francesa. Selló así su "compromiso de solidaridad con las causas justas."
Además de su dedicación al estudio de la medicina, Betances no descuidó las letras publicando importantes ensayos y varias novelas, De otra parte, participó junto a Alejandro Tapia y Rivera, Román Baldorioty de Castro, José Julián Acosta y Segundo Ruiz Belvis en la Sociedad Recolectora de documentos históricos de la Isla de San Juan Bautista de 1851 cuyos trabajos culminaron en la creación de la Biblioteca Histórica de Puerto Rico.

En enero de 1855 defendió su tesis doctoral sobre las causas del aborto. Luego de terminar sus estudios, regresó a Puerto Rico.

Una vez en Puerto Rico, Betances funda un hospital en la ciudad de Mayagüez (en el oeste de Puerto Rico). Su prioridad fue salvar puertorriqueños de la epidemia de cólera  presente para el 1856. Durante esa época tuvo su primera confrontación con las autoridades españolas ya que su prioridad no era proveer tratamiento médico a pacientes de cólera que fuesen oficiales o militares nacidos en España. Betances también ayudaba y donaba dinero a los pobres, por lo que se le conocía como el "Médico de los Pobres".

Betances creía en la abolición de la esclavitud y fundó la sociedad secreta abolicionista, una organización clandestina dedicada a liberar niños esclavos a través del sacramento católico del bautismo. Este evento, también conocido como "aguas de libertad", se llevaba a cabo en la catedral de Mayagüez. Cuando se bautizaba a un niño, Betances le daba dinero a sus padres, los cuales utilizaban al dinero para comprar la libertad.

El gobierno español, quien regía sobre Puerto Rico, desterró a Betances y lo envió al exilio.

De 1858 a 1869 fue desterrado de Puerto Rico en tres ocasiones, expulsado de Santo Tomás (hoy Saint Thomas) dos veces y una de Santo Domingo.

Su primer destierro respondió a la fundación de una sociedad abolicionista en el oeste de la isla. El segundo destierro, en 1864, fue producto de la intervención militar de España en Santo Domingo. La última expulsión en 1867, tomó como excusa el amotinamiento de los soldados del Primer Batallón de Artillería de San Juan ocurrido el 7 de junio, con el cual Betances se alega no tuvo relación alguna.
Dr. Ramón Emeterio Betances a la edad de 40 años.

Betances y otro desterrado, Segundo Ruiz Belvis, se fugaron y trasladaron a Nueva York clandestinamente. Junto a José Francisco Basora se institucionalizó el Comité Revolucionario de Puerto Rico, organismo rector del proceso insurreccional que culminó en el Grito de Lares.

En noviembre de 1867, Betances se encuentra en Santo Tomás donde produce su Proclama de los Diez Mandamientos de los Hombres Libres.

Betances, desde el exilio, organiza y dirige un movimiento armado contra el gobierno español el cual iba a tomar lugar el 29 de septiembre de 1868. Debido a que las autoridades españolas descubrieron el plan, la fecha se adelantó al 23 de septiembre. Betances, quien coordinaba el suministro de armas, no pudo lograr que las éstas llegaran para la nueva fecha. Esto fue una de las causas principales por las cuales el movimiento, conocido como El Grito de Lares, fuera derrotado por las autoridades españolas.

Expulsado en 1869 de Santo Tomás, se estableció en Nueva York donde utiliza el seudónimo de El Antillano en sus artículos en el periódico La Revolución.

Las reformas de 1869 a 1873 en la isla, desde la fundación de partidos políticos hasta la abolición de la esclavitud negra y la desintegración del trabajo servil, producen una nueva coyuntura. Ante ésta, el liderato separatista opta por consagrar a la Guerra de los Diez Años de Cuba los recursos y armamentos pertenecientes a los patriotas puertorriqueños. Para Betances, la lucha por la independencia de Puerto Rico estaba estrechamente ligada a la lucha por la independencia de Cuba. Betances expresaba: "trabajar por una es trabajar por la otra."

A finales de 1871 regresa a Francia y en 1874 publica su ensayo político Cuba, en el cual combate las ideas anexionistas de la época, además de explicar las causas de la Guerra de los Diez Años. Sus palabras no han perdido vigencia:
En resumen, es incontestable que el gobierno de Washington en esta cuestión, no se ha dejado guiar nunca por el interés de las Antillas, sino por las ventajas que a su unión a la América del Norte ha de procurarle.

La esclavitud en Puerto Rico se abolió el 22 de marzo de 1873.

En abril de 1875 se trasladó de Haití a Puerto Plata, República Dominicana, donde coincidió con Eugenio María de Hostos. Laboraron conjuntamente un proyecto sedicioso, que sería frustrado por otro de los tantos Judas de nuestra lucha de liberación. Hostos partió a Nueva York. Betances volvió a Francia y se reintegró a la práctica de la medicina, a la investigación y la experimentación médica. Publicó además varias monografías científicas y artículos periódicos. En 1880, Betances fue nombrado Primer Secretario de la Legación de la República Dominicana en Francia. Durante esta época se opuso intensamente a las pretensiones de convertir a Haití en un protectorado francés o norteamericano. Alertó Betances sobre las implicaciones de este atentado contra la integridad territorial de las antillas.

En sus últimos años, dedicó su apostolado a servir la causa cubana. Ocupó el cargo de Delegado del Partido Revolucionario Cubano (1895). Desarrolló múltiples tareas revolucionarias, incluyendo gestiones diplomáticas con otros países europeos, la creación de organismos europeos de solidaridad con la revolución cubana, compra y acarreo de armas para el ejército libertador, recaudación de recursos económicos, y otras.
Mis sufrimientos. mi edad, mis tristezas me obligan ya y exigen todo el esfuerzo de mi pecho para no cederles.

Luego de una larga y dolorosa agonía ocasionada por su salud decadente, Betances falleció en Francia el 16 de septiembre de 1898, a los setenta y un años (71) de edad, junto a su compañera de los últimos 35 años, Simplicia Isolina Jiménez Carlo. Dos décadas más tarde, el Partido Nacionalista de Puerto Rico, bajo la presidencia de José Coll y Cuchi, logró convencer a la asamblea legislativa de Puerto Rico que aprobara un acta que permitía transferir los restos mortales de Betances a Puerto Rico. Los restos mortales de Betances llegaron a San Juan, Puerto Rico, el 5 de agosto de 1920, y una caravana organizada por el Partido Nacionalista transfirió los restos desde San Juan al pueblo de Cabo Rojo, donde fue sepultado.

 El gobierno francés galardonó a Betances con la Legión de Honor por sus contribuciones a la medicina y literatura.