lunes, 13 de junio de 2011

Antonio Salvador Pedreira

Antonio Salvador Pedreira Pizarro nació en San Juan de Puerto Rico, el 13 de junio de 1899 y falleció el 23 de octubre de 1939, en su ciudad natal.

Se graduó de Maestro de enseñanza elemental en la Escuela Normal en 1820; luego cursó estudios de Medicina en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Por carecer de recursos económicos, debió suspender esos estudios y regresar a su patria. En 1925 se graduó de Bachiller en Artes en la Universidad de Puerto Rico, ilustrando desde ese momento a la Literatura de su país. Volvió a viajar a Nueva York y en Columbia tuvo la suerte de estudiar bajo la tutoría de Federico de Onís, quien -impresionado por el talento y el rigor académico de Antonio- le prestó su apoyo.

En 1932, Pedreira concluyó su doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Durante su estadía en España, estuvo en contacto con la obra de la generación del 98, y conoció un pueblo que ya se preparaba para los dramáticos eventos de la casi inminente Guerra Civil. Era una generación que se debatía entre interrogantes antagónicos y que, espiritualmente, se preparaba para matar o morir. Al regresar a su patria, el joven graduado encontraría similares y torturantes dudas, pero esta sociedad no se preparaba para la guerra sino para la paz.

Maestro antes que nada fue Pedreira. Enseñó en la Escuela Normal, luego en Columbia y, más tarde, en el Instituto de Artes y Ciencias de Brooklyn. En 1927 se incorporó al profesorado del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, cuya dirección asumuría al año siguiente. Allí realizó su labor más fructífera. Se puede afirmar -sin temor a exagerar- que sin su presencia, la literatura puertorriqueña no hubiera alcanzado el alto nivel que hoy tiene. Quienes fueron sus alumnos atestigu
an su amor a la enseñanza, su dedicación, su honestidad intelectual y su exigencia. No se conformaba con menos que la excelencia. Y no sólo en cátedra enseñanba; toda su producción tuvo como meta educar a su pueblo.

Entre su obra se destacan: ”El periodismo en Puerto Rico, 1806-1930”, el autor cubre desde la introducción de la imprenta hasta un listado extenso de todos los periódicos de la isla durante el período estudiado; "De los nombres de Puerto Rico”; “Aristas”; “Hostos, ciudadano de América”, biografía de Eugenio María de Hostos; “Insularismo”, su obra cumbre, aparece en 1934; “La actualidad del jíbaro”, en 1935; “El año terrible del 87. Sus antecedentes y consecuencias” en 1937 y “Un hombre de pueblo, José Celso Barbosa”, en 1937.

"Insularismo" se presenta como un diario de navegación, del navegar de Puerto Rico en busca de un puerto, la puertorriqueñidad. Esta interpretación del ser puertorriqueño sacude la atmófera literaria y cultural de país. Un año después, Tomás Blanco -otro erudito de la época-, publica “Prontuario Histórico de Puerto Rico”, como respuesta a Pedreira. Ambas obras se mantienen en polémica a pesar de los años. En la introducción de "Insularismo", titulada muy acertadamente “La brújula del tema”, Pedreira anticipa su defensa diciendo: “La amargura que pueda destilar este ensayo va saturado de esperanzas de renovación".

La obra estudia los factores étnicos que se funden en el puertorriqueño: el amerindio, el español y el africano. “De esta fusión nace nuestra confusión”, dice el autor.

"Insularismo" es una lectura obligada si se trata de mirar el porvenir Puerto Rico de frente; se puede asentir o refutar su contenido, pero siempre forzará una mirada hacia adentro en busca de las raíces verdaderas para poder construir el futuro.

LA HISTORIA EMPIEZA AHORA

"Podeís pensar, jóvenes de mi tiempo, que la historia empieza ahora,
que soís vosotros los llamados a llenarla,
a darle el contenido ideal que todo hombre quisiera para su patria".

Antonio S. Pedreira, Insularismo

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